La crítica estructuralista se caracteriza por procurar trasladar métodos y modelos propios de la lingüística a los estudios literarios. Así como la lingüística de Sassure se preocupa sobre todo por el conocimiento de las características del sistema que regula las manifestaciones individuales propias del habla, más que por el habla misma, la crítica estructuralista se esforzó por comprender el funcionamiento del sistema literario. De la lingüística retoman la tendencia de análisis basada en modelos binarios así como los conceptos de paradigma y sintagma, que ayudan a explicar las relaciones que existen entre los distintos niveles de la estructura de la obra.
Roland Barthes, sigue esta tendencia, y en buena parte de sus obras, como ocurre en Crítica y verdad, encontramos una defensa de la metodología literaria basada en la lingüística. En este sentido, considera a la literatura como un sistema de signos que construyen sentidos lógicos relacionados entre sí.
En "Introducción al análisis estructural del relato", Barthes retoma las aportaciones de Tzvetan Todorov, Claude Bremond y A. J. Greimas para sistematizar un modelo de análisis estructural del relato. Parte una división propiamente lingüística de los niveles de lengua —entendidos como elementos interconectados e interdependientes, integrados uno dentro de otro—, y la traslada a la literatura. En este marco, el texto narrativo se define como una gran frase cuyo núcleo es el verbo y que se puede caracterizar según su aspecto, tiempo y modo. Adicionalmente, se advierte que el texto se puede dividir en dos niveles fundamentales: historia y discurso.
Reconoce tres niveles distintos en los textos literarios de carácter narrativo:
Reconoce tres niveles distintos en los textos literarios de carácter narrativo:
*Narración: se encarga de la caracterización de los personajes y las acciones en el nivel del discurso. Asimismo construye las relaciones temporales al interior del relato, las cuales no corresponden a la cronología sino a una lógica de la acción, de sucesos que se distienden a lo largo de la historia pero al mismo tiempo mantienen relaciones de correspondencia e identidad, que son las que dan unidad al relato. En este nivel se pueden incluir las aportaciones de Gérard Genette, quien, en Figuras III, propone distintas tipologías o figuras en lo que respecta a las dimensiones del:
Tiempo: Orden (isocronías y anacronías) Duración (descripción, escena, resumen, elipsis),
Frecuencia (relación entre: numero de ocurrencias / numero de ocasiones en que se
narra algo)
Modo: Focalización (cero, interna, externa).
Voz: heterodiegética / homodiegética
Tiempo: Orden (isocronías y anacronías) Duración (descripción, escena, resumen, elipsis),
Frecuencia (relación entre: numero de ocurrencias / numero de ocasiones en que se
narra algo)
Modo: Focalización (cero, interna, externa).
Voz: heterodiegética / homodiegética
*Acción: Es el nivel de las acciones y los personajes, definidos estos últimos a partir de las acciones que realizan y las relaciones binarias que se establecen entre ellos según tres tipos de acciones (desear, comunicar, luchar), y no de características psicológicas.
*Funciones: Unidades mínimas y significantes en las que se divide la narración.
-Unas pertenecen al eje sintagmático o distribucional, y caracterizan el hacer a lo largo del relato; son las cardinales o núcelos de acción, y las catálisis, que tienen una función de unión cronológica entre dos núcleos.
-Otras pertenecen al eje paradigmático o integrador, y caracterizan el ser de las acciones y de los personajes. Dentro de éstas, los indicios aportan información que sugiere algo sobre el carácter de los personajes o de las acciones que ocurrirán posteriormente, mientras que los informantes incluyen información completamente explícita.
Si bien en una buena parte de su obra, Barthes se resistió a ligar a la obra con elementos externos, debido a que tendía a una postura antireferencial que consideraba a la obra como un elemento autosuficiente cuyo análisis no requería otros elementos que no fueran internos, poco a poco se fue acercando a la semiótica y llegó a vincular a la literatura con otros sistemas semióticos.
El de Roland Barthes es un pensamiento polémico difícil de interpretar debido a que fue cambiando a lo largo de su vida, y porque en su obra se traslucen, a veces sólo de manera parcial, los debates que entabla con teóricos y críticos de la literatura. Por eso, cuando se habla de declaraciones tan contundentes como la "muerte del autor", es necesario entender el contexto en que Barthes realiza semejantes afirmaciones. Preguntarnos con quién discute y por qué dice lo que dice, qué dijo previamente y posteriormente sobre el mismo tema, ayuda a matizar y poner en perspectiva, ayuda a entender mejor.
Por su parte, Genette tendió a un enfoque diacrónico que estudia las transformaciones del sistema literario a lo largo del tiempo, pero siempre enfocado en la literatura. De ahí que contribuyera a la reflexión sobre los distintos tipos de relaciones que establecen los textos artísticos entre sí y a lo largo del tiempo en su obra Palimpsestos. Genette aportó de una manera considerable a la semiótica literaria. Aunque opuso sistemáticamente a la articulación del estructuralismo con la hermenéutica, sus aportaciones han sido articuladas en propuestas teórico metodológicas que abren a la hermenéutica, como la de Luz Aurora Pimentel en El relato en perspectiva.