Al lado de la poética,
la retórica es una de las disciplinas más antiguas. Aristóteles realizó
reflexiones profundas en torno a ambos campos, algunas de las cuales no han
perdido vigencia. De acuerdo con José María Pozuelo Yvancos, quien se esforzó en
las últimas décadas por la revitalización de la retórica en los estudios literarios,
el propio Aristóteles vincula contantemente la poética y la retórica, sobre
todo en lo que respecta a que ambas disciplinas buscan la persuasión por medio
de discursos que deben cumplir con el requisito de la verosimilitud.
Según autores como García Berrio y Pozuelo Yvancos, quienes
retoman los planteamientos de Aristóteles, el texto literario tiene una función
persuasiva en la medida en que procura convencer al receptor sobre la
credibilidad del mundo representado, procura mover su ánimo y hacerle sentir
empatía sobre ciertos personajes, situaciones o emociones. Para que un texto,
retórico o literario, sea verosímil, es necesario que el texto presente una
lógica interna, y que al mismo tiempo respete, al menos hasta ciertos punto la
lógica con que los seres humanos concebimos la realidad; se requiere que haya
adecuación entre los personajes, las acciones que realizan y el espacio-tiempo
en donde se desenvuelven.
De esta manera, la revitalización que proponen García
Berrio y Pozuelo Yvancos, busca trascender un aspecto de la retórica, la elocutio, que no ha perdido vigencia
pero que, desligado de las otras operaciones retóricas vinculadas a ella,
reduce el potencial significante de los tropos y las figuras a algo casi
ornamental, diluye el carácter comunicativo de los textos, y limita la
capacidad explicativa de la retórica en torno al texto literario en su
conjunto. Esa así que estos autores van un paso más allá de la neorretórica de
y Heinrich Lausberg y el grupo Grupo µ, quienes proponen un retóricas generales,
aplicables a distintos tipos de discurso que, no obstante, se centran en la
categorización y definición de los tropos y figuras.
En su Manual de
retórica, Tomás Albaladejo destaca que las operaciones retóricas descritas
por los tratadistas clásicos (inventio,
dispositio, elocutio, memoria y actio) son procedimientos que aparecen
en todo tipo de discursos, escritos y orales, y pueden incorporarse al análisis
del texto literario. También propone recuperar una operación retórica que sólo
fue atendida por tratadistas romanos menores: la intellectio, que consiste en las consideraciones en torno al
contexto comunicativo que preceden o determinan la selección de los temas y
tópicos adecuados para cada discurso y tipo de receptor. De esta manera, el
conjunto de operaciones abarcaría toda la situación comunicativa: desde el
contexto, hasta la forma en que se busca interactuar con o incidir en el
receptor, pasando por la elección de los temas, (inventio), su organización en una estructura coherente (dispositio), la elección de estrategias
verbales y la distribución sintáctica adecuadas (elocutio).
Para saber más acerca
de los nuevos planteamientos sobre la retórica, resultan particularmente
recomendables los siguientes textos:
Albaladejo Mayordomo, Tomás. Retórica. Madrid: Síntesis, 1991.
García Berrio, Antonio. “Retórica como ciencia de la
expresividad. (Presupuestos para una retórica general)”. Estudios de lingüística 2 (1984): 7-59.
---. “Retórica general literaria o poética general”.
Investigaciones semióticas III. Retórica
y lenguaje. Madrid: UNED, 1990.
---. Teoría de
la literatura. (La construcción del significado poético). Madrid: Cátedra,
1994.
Pozuelo Yvancos, José María. Del formalismo a la neorretórica. Madrid: Taurus, 1988.
---. “Retórica y narrativa: La narratio”. Revista de
Filología 2 (1986): 231-252.
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